José Iglesias entre varios de los asistentes al encuentro.
El poeta josé Iglesias junto al coordinador del club, Diego fernández y Pedro miguel Ponce.
Durante el acto de presentación del libro.
JOSÉ IGLESIAS MANTUVO
UN ENCUENTRO DE AUTOR CON EL CLUB DE LECTURA VALERIA QUE SIRVIÓ PARA MARCAR EL INICIO DE LA TEMPORADA 2014-2015 PARA EL CLUB. POSTERIORMENTE, PRESENTÓ
SU NUEVO LIBRO “LA VOZ Y EL TIEMPO”(ANTOLOGÍA POÉTICA 1983-2013)
El poeta extremeño, afincado en
Madrid, José Iglesias Benítez presentó el pasado sábado, día 11 de octubre, en
el salón de actos del Centro de Ocio de Campanario su antología poética,
publicada recientemente, La voz y el tiempo.
Antes de la presentación de su
nuevo libro, José Iglesias mantuvo un dilatado y cercano encuentro con los
miembros de los clubes de lectura de
Campanario y de la vecina localidad de La Coronada que habían leido su libro durante el pasado verano. En él, los asistentes
tuvieron la oportunidad de acercarse a la poesía de este autor a través de sus comentarios y preguntas que les acercaron muchas claves de la obra
poética y de la calidez y calidad humana de José Iglesias. También hubo tiempo para disertar
en torno a la poesía y al acto poético. No faltaron en este encuentro numerosas recitaciones de
sus poemas, tanto por parte del autor como de algunos de los asistentes. El
encuentro marcó el inicio de las actividades del club de lectura Valeria para la nueva temporada.
En el posterior acto de la presentación del libro, organizado por el
Fondo Cultural Valeria con la colaboración
del Excmo. Ayuntamiento, intervinieron el concejal de cultura D. Diego Murillo,
el presidente de Valeria, D. Juan Pedro Escudero, D. Antonio Ventura Díaz Díaz
y el propio poeta.
Os dejamos aquí el texto de la presentación que hizo el coordinador del club antes de dar paso a nuestra tertulia:
Nos
dice José Iglesias: “si se calla mi voz, queda mi verso”. Hoy tenemos su voz y, aquí, están sus versos en esta antología, La voz
y el tiempo, que no deja de ser un
retrato del hombre y del poeta que nos acompaña y en la que se recoge gran
parte de su voz y gran parte de su tiempo.
Y,
en este retrato que, como los buenos vinos, ha ido envejeciendo con el paso del tiempo, ganando en sabor y sin perder ninguna esencia, José Iglesias,
Pepe, nos nace en el amor (Cuando el amor me llama), en ese
amor siempre presente en su poesía con múltiples caras y que, aquí, se personifica en su esposa, en Marian,
“porque le ofreció sus dedos cubiertos de cerezas” y porque, desde entonces,
viene encargándose de que “todo esté en su sitio” y, en ese todo, no queda más
remedio, está muy presente la poesía. Porque, Pepe, no es que quiera ser poeta,
sino que nació poeta del mismo modo que nació en Villalba de los Barros y eso
no se elige, aunque es preciso tomar conciencia de ello y él lo hace.
Lo
hace muy pronto, con su segundo libro: En esta lenta soledad del día. En
sus versos se confiesa ya poeta y toma conciencia de lo que ello significa. Y
en él nos habla del verso y del poema , del hombre y del poeta, de su lucha;
del placer y del dolor que produce el escribir… Y nos dice : “¡Cómo duele
verterse por la pluma!”. Porque así ocurre cuando se escribe de verdad y cuando
“se asoman cada tarde las palabras a los ojos” y uno no puede ni quiere
cerrarlos.
Pero,
lo mismo que nació poeta, Pepe, también- ya lo hemos dicho- nació en esta
tierra, en Extremadura, y, como tantos y tantos otros tuvo que irse a vivir
fuera de ella y en Madrid, esa ciudad “inhóspita”, esa “tierra de nadie” “
donde muere Dios sobre el asfalto”, se sintió “desterrado” y, entonces, “le
dolió la pena”. Y esa pena dio lugar a su
Clamor de la memoria, donde buscó refugio en el amor y en los
recuerdos en un conjunto de magníficos poemas.
Por
entonces, Madrid, aún no le había guiñado el ojo y en este libro- necesario-
dejó su grito y su desahogo que le sirvió para comenzar a volar más ligero.
Es
a partir de este momento cuando el
hombre y el poeta comprendieron que era necesario convivir con la ciudad sin
más remedio y, aunque la tierra siempre estuviera presente, habría que llevarse
mejor con el asfalto. Y, así, en Ritual de la inocencia, sin perder
para nada sus raíces, se le descubre
algo más urbanita, más amplio, más universal… El poeta ha madurado como
hombre y como poeta, y se percibe. Desde
una contemplación más interior y más profunda nos lleva, de la mano del amor,
al placer, pero también al miedo, a las dudas, a la soledad, a la tristeza y
hasta a la agonía. El verso, como el poeta, se ha vuelto más libre y, aunque
siga presente el soneto- benditos sonetos los de Pepe-, se atisba un nuevo
caminar.
No
ha perdido nada en el camino y seguimos gozando del trigo candeal, de espliegos
y de tomillos, pero al volver al pueblo, al poeta “se le esconden las almas de
las cosas” porque, ahora, percibe con más intensidad aquello que ya sabía: que
“ viven y mueren a solas los poetas” porque “ vivir es arduo empeño / si se
tiene costumbre / de arder contracorriente”.
Y
así llegamos hasta Revelaciones, su último libro publicado antes de esta antología
y que, para mi, representa la culminación de esa madurez de la que antes
hablábamos. Aquí ya, Pepe, también es de Madrid, de esa “tierra de nadie” que,
ahora, es también suya. A los recuerdos de la tierra, se le han unido los
recuerdos de la ciudad y es la hora de cobrarles esa deuda. La soledad del
poeta percibe la incomunicación y la soledad del hombre que vive entre la
multitud y su adentra en la oscuridad de la noche urbana para escudriñar en sus
misterios.
Y
lo hace desde la sabiduría de ser un poeta múltiple, un poeta que maneja con
maestría todos los registros y sabe comunicarlos.Utiliza
para ello recursos temáticos muy suyos como el amor o su idilio con las
culturas clásicas como en el extraordinario poema de “Justiniano en presencia
de Procopio…” que nos remite a su “Trajano visita Emerita…”, pero también
aparecen nuevas y exquisitas revelaciones
que nos
anuncian una nueva etapa.
Como
pasó con su Clamor de la memoria , opino que este nuevo desahogo servirá
para ver seguir creciendo a este gran poeta que es ya, José Iglesias Benítez,
porque percibo que cada vez sabe mejor, palabra, porque escribe...
Aquí
está y aquí os lo dejo, “donde su alma comienza a ser de carne…”
Diego Fernández González
"Piropo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario