jueves, 22 de julio de 2010

Estamos leyendo a  Juan Calderón Matador

No es facil este gesto 
de desatar la cinta
y remover la caja
donde ignoré el pasado,
pero ha llegado el tiempo.

Me libero de amarras
y zarpo al interior de los espejos. 


El pasado 10 de septiembre tuvimos el encuentro con Juan Calderón Matador. Noche de versos, amistad, música. Noche en la que el autor se reecontró con sus orígenes y nosotros con la verdad de su poesía.

Tras su paso por nuestro Club, Juan Calderón nos envía estas palabras de agradecimiento:
"Acabo de descargar las fotografías de mi paso por Campanario y no hacen más que traerme buenos recuerdos, y es que fue un día muy especial para mí. Vuestra hospitalidad y cercanía fue exquisita. El encuentro con el club de lectura procuré que resultase ameno; no sé si lo conseguí, pero me pareció que los asistentes estuvieron atentos e interesados. Y la posterior charla en el bar, con buen vino y estupendos manjares de la tierra nos dejaron con un estupendo sabor de boca. Nuestro agradecimiento a todos.
¿Qué os pareció la canción? Adjunto la letra. Tan pronto como tenga la partitura también os la enviaré, y en cuanto el bolsillo me lo permita me meteré en un estudio de grabación para que la tengais completa.
Un fuerte abrazo en nombre de mi madre, Javier, Maruja, y sobre todo mío."
Juan Calderón
Letra de la canción compuesta especialmente para este día y dedicada a Campanario:

MI QUERIDO CAMPANARIO



Me asomo a las ventanas del recuerdo
igual que esa cigüeña que volvió
a levantar su nido entre mis sueños
volando al ritmo lento del reloj,
y vuelvo hasta tus calles, Campanario,
las mismas que hace tanto recorrió
mi padre con el suyo de la mano
buscándole salidas al dolor.


Te llevo bien guardado en mi diario,
mi querido Campanario,
cual tesoro de niñez,
te llevo aunque después el calendario
se empeñara en separarnos
como un muro de papel.


Hoy vuelvo a ser romero en Piedraescrita,
carrozas y alegría alrededor,
el niño que iba con su agua bendita
cuando era pascua de resurrección.


Mi abuelo recitándome poemas
me llena de ternura el corazón.
Con un hornazo tierno entre las manos
le pongo huevo y dulce a esta canción.


Te llevo bien guardado en mi diario,
mi querido Campanario,
cual tesoro de niñez,
te llevo aunque después el calendario
se empeñara en separarnos
como un muro de papel.


Juan Calderón Matador
Julio de 2010


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